Jiang Wang fue traicionado por su hermano jurado Fang Pengju, quien le robó la Píldora de Apertura de Meridianos que había ganado con sangre y sudor como premio de la Academia Dao. Al borde de la muerte, heredó las reliquias de Zuo Guanglie, el prodigio del Reino de Chu, abrió sus meridianos dao y emprendió el camino de la cultivación.

A pesar de haber pasado por momentos de confusión y vacilación, siempre se aferró a esa pequeña luz en su corazón: un corazón puro e inocente que, sin importar cuán lejos llegara, mantendría intactas sus convicciones originales.